Por Claudia Sarvisé Pérez
El próximo 21 de junio inicia en Yulin (China) un evento que llama la atención incluso a nivel internacional. Se trata de una festividad que celebra la llegada del solsticio de verano y dura hasta el día 31 del mismo mes. Según la tradición de Yulin, que se remonta a los años 90, comer carne de perro durante los días más largos del año hará que la gente esté más saludable durante el invierno. No obstante, también son muchas las personas que están en contra de este festejo. Existen asociaciones y activistas a favor de los derechos de los animales que intentan pararlo. Según explican, muchos de los animales son perros callejeros enfermos, mascotas robadas y, además, la manipulación y el trato a estos animales es deplorable. También comentan que esta práctica genera una mala reputación para China y presionan para que prohíban este festival así como el sacrificio de perros y el consumo de su carne.
En ciertas ocasiones estos activistas han conseguido frenar las matanzas de perros, como en el año 2011, que lograron cancelar el festival de la provincia china de Zhejiang. Y en 2013 la polémica fue tan grande que el propio gobierno local de Yulin desmintió que se tratara de una tradición.
Se calcula que cada año se sacrifican aproximadamente entre 10 y 20 millones de perros y dada la brutalidad con la que los tratan es normal que muchos lo vean como un símbolo de crueldad humana y una gran falta de empatía hacia la vida de estos animales. Representantes de seis organizaciones chinas de protección de los animales se reunieron a principios del mes de abril de 2016 en Pekín para mostrar su apoyo a la campaña internacional contra la matanza de perros en el festival de Yulin.
Los delegados de Humane Society International, Capital Animal Welfare Association, VShine Animal Protection, The Ta Foundation, Hong Kong SPCA y China Animal Protection Power reclamaron que es estrictamente necesario acabar con este festival.
Los activistas que están en contra de este festejo explican que una consecuencia directa de esta práctica es el secuestro de perros callejeros y mascotas. Igualmente, señalan que las granjas donde se cría a estos perros para que sean sacrificados están en condiciones pésimas, viendo como destripan y descuartizan otros perros o gatos ante sus ojos. Los activistas asimismo aseguran que, pese a lo que dice la tradición, no creen que el consumo de carne de perro sea saludable, ya que muchos de ellos están enfermos o no son manejados de manera higiénica. El asunto de la carne de perro está ligado a problemas de salud, como la rabia o el cólera y Guanxi es una de las áreas más afectadas por esta cuestión. Comer carne de perro no es ilegal en China y tampoco existe un consenso sobre esta “tradición” en Asia Oriental.
El activismo a favor de los derechos de estos animales también ha impregnado las redes sociales de China, ya que muchos usuarios de internet han pedido que se prohiba este festival iniciando una petición en Change.org. De igual manera, Sam Gaell, editor del blog sobre medioambiente China Dialogue explicó en una entrevista a la BBC que tampoco es tan sencillo encontrar carne de perro en China. Y que, posiblemente, más que una tradición sea una manera de atraer turismo. Además, desde 2014 el gobierno local de Yulin se desvinculó del evento y prohibió la asistencia a este. También limitaron el festival y algunos mercados y mataderos de perros se vieron obligados a cerrar.
A principios de abril de este año tuvo lugar la que, posiblemente, sea la demostración más grande hecha en China contra el consumo de carne de perros y gatos. Más de 8 millones de ciudadanos chinos votaron en apoyo a una propuesta legislativa para prohibir la industria de carne de perro y gato. La propuesta de esta ley fue abierta al público a través de la página web oficial del gobierno de China. La sesión legislativa de este año ya ha finalizado, pero desde Human Society International aseguran que trabajarán para que esta cuestión esté en la agenda del próximo año.
El trabajo de estos activistas está dando sus frutos. Como vemos, algunos restaurantes de carne ya han tenido que llevar el festival de puerta a dentro y el consumo de esta carne a gran escala ha disminuído. Cada vez son más las personas concienciadas con este tema y el maltrato animal. Aún queda mucho por hacer, pero como el secretario general de la Animal Protection Power afirma, “los hábitos del consumo de carne seguirán disminuyendo y esto desembocará en la cancelación del festival y del consumo en general”. (19/04/2016)