Poeta y escritor prolífico, Hai Zi, literalmente, “hijo del mar”, es el pseudónimo literario de Zha Haisheng. Si bien los críticos discrepan sobre la fecha de su nacimiento, en torno a 1964 en la provincia de Anhui, la prontitud y forma de su muerte han contribuido a la leyenda que desde entonces le acompaña. Una mochila con obras de Conrad y Heyerdahl, Walden y la Biblia se encontró junto a su cuerpo en las vías del tren, en 1989. Tenía 25 años y su suicido planea por su obra convirtiéndole en símbolo del joven artista atormentado, arrebatado, místico, asceta y entregado, un sinfín de adjetivos que nos hablan de nuevas, pero retomadas, concepciones sobre la poesía y el poeta, divinizado una vez más; sacrificios, cultos y mártires que rastrea Michelle Yeh en la estela de los poetas suicidas de estos años (Ge Mai, Shi Zhi, Zhu Xiang o Gu Cheng). Haizi comenzó su trayectoria como uno de los “tres grandes poetas de la universidad de Pekín” gracias a la publicación de poemas líricos que seguían la estela de los por entonces marginales “poetas brumosos”, aunque la sensación que deja la lectura de Hai Zi se aproxima más a lo místico y arcaico que a brumas contemporáneas. En sus cuentos y poemas, óperas y épicas, la naturaleza, el amor, la soledad y la muerte son obsesiones recurrentes, en cuyo trasfondo está siempre la búsqueda de ese lenguaje capaz de transcender la experiencia.
Su obra poética se recoge en las más importantes antologías universitarias de China, parte de la cual ha sido traducida al inglés en la versión bilingüe de Dan Murphy Over Autum Rooftops, y sigue siendo muy popular entre otras cosas por las versiones musicales de sus poemas, como ésta maravillosa del compositor Zhou Yunpeng.
Obras
传说; lit. Leyenda,1984
河流; lit. Ríos, 1984
但是水、水; lit. Pero si agua, agua, 1985
弥赛亚; lit. Mesías, 1987
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