(Xinhui, Guangdong, 1873-Pekín 1929). Pensador, escritor y traductor, probablemente el intelectual reformista más influyente entre el periodo final de la dinastía Qing y el surgimiento del Movimiento de la Nueva Cultura. Sus ideas políticas y sociales, expuestas en una serie de obras ampliamente circuladas en su época, tuvieron un enorme eco y supusieron un revulsivo para una China en profunda crisis y en pleno proceso de conversión del imperio en “nación”. De hecho, Liang es considerado el primero en haber aplicado en sus escritos la palabra “nación” (民族 minzu) a China.
Recibió una educación de carácter tradicional y aprobó los exámenes imperiales de nivel provincial. En 1890 acudió a Pekín para participar, sin éxito, en los exámenes de más alto nivel. En el camino de regreso a Guangdong, a su paso por Shanghái, llegaron a sus manos libros que describían los países de Europa, así como varias obras extranjeras traducidas al chino: fue la chispa que expandió su visión y determinó su futuro desarrollo intelectual.
Liang fue un autor enormemente prolífico, como lo atestigua lo voluminoso de sus obras completas, y ello a pesar de haber fallecido a la temprana edad de 56 años.
Fue alumno del famoso letrado reformista Kang Youwei (康有為), con quien mantuvo una intensa relación intelectual (de hecho, a menudo suelen yuxtaponerse sus nombres, Kang-Liang, para denominar el sustrato común de sus pensamientos). Juntos organizaron y lideraron protestas como la dirigida contra la firma del tratado de Shimonoseki tras la derrota china en la guerra Sino-Japonesa (1894-1895). También conjuntamente elaboraron y promovieron entre los intelectuales documentos en los que llamaban a emprender una serie de reformas en el sistema imperial. Estas iniciativas llegaron al emperador Guangxu, quien hizo llamar a Liang para que le expusiera sus ideas. Sería el inicio de la “Reforma de los Cien Días”, iniciada en 1898 bajo la égida del emperador y durante la cual Liang fue responsable de supervisar la traducción de obras occidentales al chino. Con apenas 28 años de edad, Liang se había convertido en una figura intelectual de primerísimo orden en China.
Sin embargo, el conservadurismo de parte de la corte, liderado por la emperatriz Dowager Ci Xi, acabó echando abajo los esfuerzos de renovación. Se decretó la persecución y ejecución de algunos de los líderes del movimiento, y Liang, para zafarse de una condena segura, se vio abocado a exiliarse en Japón, donde permaneció catorce años hasta la caída del régimen imperial. En 1912 pudo regresar a China. En el gobierno republicano, Liang ocupó puestos ministeriales (Justicia y Finanzas), aunque por periodos muy breves, y participó en enfrentamientos militares contra el autoproclamado emperador Yuan Shikai.
Liang viajó extensamente por Europa, América del Norte y Australia, lo que le permitió hacerse una visión atemperada de “Occidente” y de un cosmopolitismo poco común entre sus coetáneos. Criticó la visión tradicional de China sobre sí misma, la falta de diferenciación entre nación/mundo, nación/dinastía y estado/ciudadanos. Se mostró también escéptico hacia la división entre conocimiento “occidental” y “chino”, en especial en el campo de la política, que consideraba como un ámbito universal. Introdujo en China conceptos como liberalismo, constitucionalismo, o nacionalismo. En este último, en la idea de un nacionalismo cívico en el que la soberanía nacional está ligada a los derechos del pueblo, vio Liang una importante base para la regeneración de China.
Con respecto a la tradición, Liang criticó el ideal político confuciano, pero asumió la validez de parte de las ideas del confucianismo, sobre todo las expuestas en el clásico El Gran Aprendizaje (大學 Daxue), referentes al cultivo de uno mismo y las relaciones en el seno de la familia. Liang propugnaba por asentar un límite entre el ámbito de lo público y el ámbito de las relaciones humanas íntimas.
Quizá por esta razón –el haber asumido parte del legado confuciano y la separación de lo íntimo y lo público-, las ideas de Liang no tuvieron ningún predicamento entre los intelectuales del Movimiento por la Nueva Cultura, quedando relegadas a pesar de la enorme relevancia de la que disfrutaron en años anteriores.
Sin embargo, en la actualidad, a diferencia de lo ocurrido con el pensamiento de otros intelectuales de su época, el pensamiento político y social de Liang parece haber trascendido su contexto originario y son varios los pensadores contemporáneos que reconocen su vigencia y su oportunidad en los debates de la China actual.
Obras destacadas:
《變法通議》(Bian fa tong yi; lit., Discusión sobre la reforma política. 1896-1899).
《中國近三百年學術史》(Zhongguo jin san bai nian xueshu shi; lit., Historia académica de China en los últimos 300 años. 1924).