Jaque a Mao

Reseña de El caso Mao, de Qiu Xiaolong

Traducción de Victoria Ordóñez Diví

Tusquets, 2011

 Poesía china, Revolución Cultural, guardias rojos, tríadas, olvidadas estrellas de cine y mansiones que se van derrumbando con el tiempo, son algunos de los elementos que hacen que la sexta novela de la saga del Inspector Chen nos vuelva a atrapar en su investigación de la trágica historia de tres mujeres de generaciones distintas y su relación con Mao, y el retrato de la China maoísta que lo siguió.

Qiu Xialong nació en Shanghái en 1953, pero se trasladó a Estados Unidos en 1966, ya que su padre fue víctima de los guardias rojos durante la Revolución Cultural. Es en St. Louis dónde se estableció finalmente y ha acabado impartiendo clases impartiendo clases como profesor en la Universidad de Missouri. A parte de ser conocido por su serie de novelas policíacas protagonizadas por el Inspector Chen, es poeta y traductor de poesía china. Sus novelas han sido traducidas a varios idiomas, le han galardonado con el Anthony Award y también ha sido finalista del Edgar Award. Hasta el momento la serie de novelas consta de los siguientes títulos: Muerte de una heroína roja, Visado para Shanghái, Cuando el rojo es negro, El caso de las dos ciudadelas, Seda roja y El caso Mao.

El caso Mao empieza con una llamada del ministro de Seguridad Pública al inspector jefe Chen, que le encarga la investigación de la nieta de una vieja estrella de cine que solía “bailar” con Mao. Hay sospechas de que la chica esté en posesión de algo que puede comprometer la reputación del antiguo líder y por tanto pueda ser perjudicial para el Estado. El caso lleva al inspector Chen a investigar un grupo de extraños personajes que nos envuelven con un aura de alienación, decadencia y artificialidad en sus relaciones. Personajes que parecen vivir una vida normal y rutinaria pero que tienen los estómagos contraídos por la ansiedad de las sombras de su pasado, especialmente cuando empiezan a relacionarse entre ellos. Y a medio camino, el primer asesinato, una chica.

Se retrata una sociedad llena de miedo, precaución, de susurros y miradas de reojo. Una sociedad en que un granito de información puede conducir a la destrucción. Y entre todo, un héroe, un policía que debe llevar a cabo su investigación en secreto y danzando a tientas en la cuerda floja de lo que se permite y lo que es necesario hacer para encontrar la verdad.

Los personajes principales de la novela están constantemente analizando la situación en la que se encuentran, casi como en un juego de ajedrez, donde hay que tener en cuenta el movimiento que ha realizado tu adversario y pensar en las posibilidades que uno tiene, antes de atreverse a realizar el siguiente movimiento. Casi no existe la espontaneidad. Hecho que retrata también el mundo en el que han vivido y crecido los personajes, dónde una palabra, o un movimiento concreto podía interpretarse de modo que podía llegar a tener ramificaciones devastadores para uno mismo y su familia.

La mayoría de conversaciones entre los personajes tienen múltiples significados, casi como si hablaran en un código secreto. Citas literarias y poemas del presidente Mao se entrelazan con el diálogo de la novela creando un lenguaje complejo y poético, propio del escritor que también es poeta. Y la crítica constante al “socialismo con características chinas” y a la época más salvaje de la era maoísta se mezclan con la nostalgia de la China colonial de los años treinta. Con todo, la historia adquiere el color, la personalidad y la agilidad necesarias para convertirse en un buen relato policíaco.

Es interesante el nivel en que la memoria de Mao sigue presente en la política china. En el libro se persigue y ejecuta a gente por la más leve conexión. Incluso el mismo Chen, se encuentra en situaciones de riesgo por el hecho de investigar este caso. Y a la vez, se critica esta obsesión por la parafernalia de Mao que se pueden encontrar hoy por toda China, desde relojes con un Mao militar saludando al pueblo, hasta restaurantes dedicados al presidente con sus supuestamente platos preferidos, pasando por las insignias y sin olvidar los libros rojos en múltiples idiomas. Cómo muy bien expresa el inspector Chen “Mao se ha convertido en una marca muy rentable. Castigo merecido o Karma?”. Viendo que mucha de esta memorabilia se puede encontrar justo en los alrededores del mismo mausoleo del presidente, se podría llamar ironía.

El caso Mao se centra en un personaje histórico: héroe patriótico, dictador o caricatura, cada uno tiene su percepción de Mao Zedong. Pero a través de la creación de un misterio sobre la vida amorosa de Mao, Qiu nos presenta esté icono tan controvertido y nos recuerda, para buenas o para malas, que también era un ser humano, con sus virtudes y sus defectos.