¿Por qué aún seguimos hablando de literatura femenina?

Zhou Mo 周茉

Traducción de Elisa Lenker Andrade

La autora Ye Mi no había abordado ni reflejado intencionadamente los problemas de género en sus propias novelas hasta el año 2019, cuando la crítica literaria Zhang Li publicó una encuesta sobre la percepción del género en la actualidad. «Ese cuestionario despertó mi interés por la desigualdad de género. Comencé a plantearme si este problema pudiera ser una de las claves para resolver los misterios de este mundo.»

Ye Mi aceptó este cambio en ella misma con una actitud positiva y, por este motivo, decidió escribir varias novelas femeninas como La otra orilla.

«A decir verdad, no sé si es correcto llamarlas novelas femeninas, y tampoco tengo muy claro qué son las novelas femeninas en realidad. La vida no nos da los materiales que se ajustan a este tipo de novelas, sino que tengo que buscarlos, y deshacerme de cualquier huella de teorías y estereotipos,» dijo Ye Mi.

La obra de Ye Mi La otra orilla, junto con las de otras doce autoras: Zhai Yongming, Lin Bai, Qiao Ye, Jin Renshun, Sun Pin, Wen Zhen, Cai Dong, Zhang Tian, Dan Bao, Zhou Dan, Dai Weina, y Yu Zhen, aparecieron en la Revista Shi Yue [Octubre] para el número especial de Nueva literatura femenina que coordinó Zhang Li. Novelas, poemas, no-ficción… todas estas obras se centran la misma palabra clave: la mujer.  

«Debes saber quién eres»

A finales del año pasado, en un evento de literatura, Zhang Li conoció a la editora jefe de la Revista Shi Yue, Ji Yaya, y ambas coincidieron en su propósito de promover la literatura femenina. La razón más importante es que al hablar del tema, descubrieron que desconfiaban e incluso a veces sentían una considerable aversión por la imagen de la mujer en la literatura popular actual.

«Hoy en día, las series de televisión están llenas de supuestos trabajos de grandes mujeres y una visión distorsionada del género. Sobre todo entre esas novelas de las que tanto se habla, hay muchos trabajos supuestamente ‘femeninos’ que representan absolutamente lo contrario del espíritu de la mujer, pero que aún así se promocionan bajo la categoría de literatura femenina, es lamentable,» afirmó Zhang Li.

Por un lado, la perspectiva y conciencia de género en la sociedad china está cambiando a gran escala de manera imperceptible. Por otro lado, la conciencia de género en la literatura femenina y contemporánea en China dejan mucho que desear.

En lo que respecta a la imagen de la mujer, parece que el modelo de caracterización que se ve con frecuencia en las obras literarias contemporáneas chinas se ajusta a un estereotipo específico que encasilla a las mujeres en un rol, perdiendo su propia voz e individualidad en tanto que «ella». En otras palabras, la imagen de la mujer en la literatura carece de una presencia plena y sólida.

Ji Yaya explicó cómo, por ejemplo, cuando se escribe sobre los problemas de los hombres divorciados, sus dificultades para encontrar matrimonio, o incluso sobre los «solterones» en las zonas rurales, los escritores a menudo simpatizan con el predicamento marital de los hombres, atribuyéndolo al éxodo rural, los caprichos de la mujer por la riqueza, etc. Sin embargo, rara vez se da visibilidad a estos asuntos desde la perspectiva femenina, desde la experiencia y los sentimientos de las mujeres ante los cambios drásticos en las zonas rurales y urbanas en general, o desde sus diferentes experiencias con el patriarcado en el mundo rural. A menudo se pasa por alto la subjetividad de las mujeres en este proceso, la complejidad y el razonamiento detrás de sus elecciones personales, y los consiguientes cambios silenciosos de la relación ética entre la familia y el matrimonio en el mundo rural. Otro ejemplo sería cómo en algunas obras las protagonistas femeninas se identifican con la cultura patriarcal y se auto-objetivizan, debido a un «entendimiento demasiado complaciente» del acto sexual como herramienta para un fin. Parece que nos hacen volver a los años previos al Cuatro de Mayo [1]. En cuanto al estilo literario, algunas obras pueden estar claramente orientadas por el género, como aquellas con una narrativa demasiado femenina a propósito. Pero en el fondo, son ideas subjetivas y conjeturas ciegas sobre las mujeres.

¿Cómo han cambiado las condiciones de vida de las mujeres en nuestros tiempos? ¿Y de dónde surgen estos cambios? ¿A dónde se dirigen? Hay pocos trabajos que exploren este tema seriamente.

Lejos ha quedado ya el tiempo en el que se reivindicaba a voz en grito la liberación femenina. ¿Está evolucionando simultáneamente el concepto de género para la sociedad? En el número de Nueva literatura femenina, Zhang Li organizó un debate con la investigadora He Guimei sobre literatura femenina y la cultura de género. He Guimei considera que nuestro enfoque en cuanto a las cuestiones de género, especialmente respecto a los problemas de la mujer, no se ha ido fortaleciendo, sino más bien se ha debilitado cada vez más.

Una vez, He Guimei llevó a su hijo enfermo al hospital y lo primero que hizo el médico fue regañarla, «¿Cómo es usted madre?» «Como madre, sólo hace falta que cuides a tus hijos, lo demás no importa». En una conferencia en 2019 en la que la mayoría de los asistentes eran jóvenes académicos varones, al hablar de la familia, la conversación se centraba inmediatamente en los hijos. Parecía que todo el mundo estaba de acuerdo por unanimidad en que tratar sobre la familia es hablar de los hijos, pero ¿qué pasa con la relación entre marido y mujer? ¿Qué pasa con la otra mitad, la madre? Esta sutil realidad, cotidiana y muy presente, hace que una investigadora del feminismo como He Guimei se dé cuenta de que el problema de la desigualdad de género en la sociedad china está lejos de resolverse.

«Las manifestaciones visibles e invisibles de las relaciones de poder entre los géneros, que impregnan nuestra vida cotidiana y nuestras relaciones sociales, son muy comunes. Sin embargo, es un tema de discusión que la gente no debate.»

Cuando su hijo tenía un año, Zhang Li solía salir a pasear por el vecindario y a menudo la gente la llamaba «la madre de…».  Esto la ponía algo triste, ya que de pronto parecía que no tenía nombre. «Es una situación en la que cualquier mujer se podría encontrar, no hay absolutamente ninguna razón para ofenderse, pero ese día estaba muy susceptible. Me impactó y me cambió.»

Más adelante, Zhang Li fue a la Universidad de Tsinghua para sus estudios de posgrado en el Departamento de Literatura China, y allí leyó la obra conjunta de Meng Yue y Dai Jinhua, Emergiendo desde el horizonte de la historia. Este libro analiza nueve escritoras modernas famosas y su obra, como Lu Yin, Bing Xin, Ding Ling, Zhang Ailing, etc., y al mismo tiempo, delimita el proceso de desarrollo y formación de la tradición literaria femenina en el contexto histórico y cultural general de la China contemporánea. Mientras lo leía, Zhang Lei se preguntaba: «¿Qué hacían estas escritoras antes de que saliese Emergiendo desde el horizonte de la historia?”¿Cómo maduraron hasta llegar a ser escritoras? ¿Qué cambios experimentaron en su carácter y filosofía? ¿Qué hay detrás de sus textos? Su tesis doctoral trató precisamente sobre “el surgimiento de la literatura femenina en la China moderna”.

En 2019, Zhang Li realizó una encuesta de opinión sobre el género y descubrió que la mayoría de las autoras tienen una actitud neutral o prudente sobre la literatura femenina. Se muestran reacias a admitir que tiene una conciencia femenina y que escriben esa literatura femenina. Zhang Li expresó su comprensión ante esto. «Al analizarlo en profundidad, en la mayoría de los casos, no es que necesariamente rechacen la literatura femenina, sino que rechazan lo que antes se etiquetaba como literatura femenina.»

La literatura femenina china ha pasado por diferentes periodos históricos en el panorama popular, desde la literatura individualista, la literatura de clase media, hasta la literatura del cuerpo. La agrupación por temas por un lado tiene una lógica histórica, pero una clasificación demasiado general y rígida también hace que el desarrollo de la propia escritura y literatura femenina corra el peligro o la dificultad de ser demasiado restrictiva.

Esta actitud ambigua e indefinida hace que la literatura y las obras femeninas adquieran un matiz poco claro. No importa si es una obra o un trabajo de investigación, los trabajos de mujeres parece que se convierten en una molestia. Como explicó Zhang Li, «Especialmente en la última década, se ha convertido en un término sospechoso, en una realidad ambigua». Las autoras prefieren no tocarlo, y los autores no se atreven hacerlo. Hay un cierto estancamiento en la literatura femenina contemporánea.

«No es fácil hablar de problemas de género, y esto es debido a la gran cantidad de ideas estereotipadas, asociadas a símbolos o categorías, que tiene la gente,» comentó He Guimei.

La naturaleza híbrida de la categoría teórica «literatura femenina» es también un factor que dificulta su estudio en profundidad. ¿Qué es esta literatura femenina de la que estamos hablando hoy? ¿Qué sentido tiene? Esto no sólo supuso una búsqueda de respuestas para Zhang Li, sino que también resultó ser un viaje esclarecedor para la propia literatura femenina.

A este respecto, hubo discrepancia de opiniones entre Zhang Li y el equipo editorial de la Revista Shi Yue sobre el nombre del número Nueva literatura femenina. Considerando la exactitud del discurso teórico y la complejidad para entender la realidad, el departamento editorial en aquel momento prefería reactivar el término «literatura femenina», envolviendo este intento en el vasto contexto pretextual e histórico del término.

Por otro lado, Zhang Li prefería poner el foco en la reexploración y explicación de lo nuevo. Desde su perspectiva, la publicación se centra en las mujeres y la complejidad de los problemas de género, haciendo hincapié en la desigualdad de género social de las autoras, situando a las mujeres y al género femenino en sus relaciones sociales para esclarecerlas y entenderlas, y prestando atención a los diferentes contextos de desigualdad de género por motivos de raza, clase social, y nivel cultural. El número Nueva literatura femenina resalta el carácter cotidiano, artístico y vanguardista de la literatura, y se aleja de la mentalidad teatral, acusadora y victimista.

Zhang Li buscaba una literatura femenina ideal cuyos nervios se extendieran en cuatro direcciones que conectara a los hombres y a las mujeres, a las mujeres con las mujeres, a las personas con la realidad, y a las personas con la naturaleza.

Al final, el equipo editorial de Shi Yue respetó y respaldó los deseos de explorar “lo nuevo” que proponía la coordinadora, Zhang Li, con la esperanza de poder contar con diferentes voces que mejorasen y enriqueciesen el concepto de literatura femenina.

El año pasado, mientras compilaba la Antología de literatura femenina de 2019, Zhang Li escribió el siguiente párrafo: prestar atención a las mujeres y a la identidad femenina, y poner énfasis en la elección de novelas escritas por mujeres no es en absoluto con la intención de cerrarse ni rechazar, sino para una mayor apertura y mejor comprensión. Con lo rico, diverso y complejo que es este mundo, las cosas nunca son blancas o negras; ni hay siempre una confrontación entre hombres y mujeres.

Zhang Li siempre recuerda lo que le dijo su profesora cuando acababa de comenzar el posgrado: «Para empezar a investigar sobre mujeres, debes saber quién eres.»

Cuando saltó la chispa

Al invitar a las autoras a participar al número Nueva literatura femenina, se tuvieron en cuenta dos factores con la premisa del género. El primero fue una distribución por generaciones, desde las pioneras Zhai Yongming o Lin Bai, del nuevo periodo de obras feministas, hasta autoras posteriores a la década de los 90. El segundo fue la elección del género literario, como obras teóricas, novelas, poemas, de no-ficción, y todos los géneros que podían abarcar. 

«La verdadera comisión de autores en realidad excede la actual lista de la edición. La presente extensión está conformada por obras se terminaron en el límite de tiempo establecido,» explicó Ji Yaya.

Zhang Li estaba ilusionada por la presentación final de esta edición, pero tampoco podía evitar estar algo nerviosa. Cuando le pidieron a las autoras su contribución, no la limitaron a un contenido detallado, ni tampoco establecieron requisitos específicos, sólo hablar de cómo entendían la nueva literatura femenina.

Zhang Li esperaba que las obras de esta edición pudiesen tener una aguda perspectiva femenina, que ampliasen nuestros conocimientos sobre la literatura femenina, y que se crease un potencial diálogo sobre la literatura femenina del pasado. Esta no es una publicación sobre escritoras, sino sobre una literatura femenina que tal vez pueda ser más valiente y mordaz. «Nuestra publicación pretende ser una aportación a este campo,» dijo Zhang Li, «pero esto no es más que un intento.»

Las autoras invitadas no habían leído la introducción que Zhang Li había hecho para la edición, no sabían qué pensar de ella y tampoco habían conversado con ella en privado. Si las obras que recibieron no hubiesen tenido un propósito y objetivo común, si se hubiesen alejado mucho de la intención original de esta edición, la calidad y la importancia de la edición entera se hubiesen visto comprometida.

Este tipo de tentativa sin duda tenía su riesgo. Pero el creador es libre y, incluso para esta edición especial y sus contribuciones, hay que respetar por completo la voluntad creativa del propio autor. «Precisamente así es más interesante, ya que la perspectiva del autor se ve manifestada en su obra.»

Antes de esto, Zhang Li se planteó los posibles escenarios que podrían surgir, estaba en vilo. Cuando terminaron el borrador definitivo, Zhang Li leyó todas las obras y pensó, «de verdad, es impactante, y también una grata sorpresa.»

Las obras de esta edición son variadas, ricas, sensibles, delicadas y, al mismo tiempo, poderosas.

La detallada escritura de Sun Pin sobre la felicidad de la mujer en El viaje nocturno del tapir blanco; la obra Solo quiero sentarme, una exploración profunda e incisiva sobre las relaciones entre hombres y mujeres, en la que Zhang Tianyi abarca la naturaleza sensible de las «tareas de una buena esposa»; El cangrejo ermitaño de Wen Zhen sobre la dependencia patológica de las chicas en las relaciones emocionales; el conocimiento complejo de Jin Renshu en Yujin sobre las relaciones de poder con desigualdad de género entre poetas famosos y poetisas comunes; los recuerdos distorsionados de hombres sobre sus esposas en Ella de Cai Dong; Ye Mi en La otra orilla con la ambigüedad de las relaciones entre hombres y mujeres; Ríos y montañas de Dan Bao sobre las relaciones en familias monoparentales; la variedad de emociones en Memorias de Xiaoci de Qiao Ye, etc.

Estas obras están repletas de una nueva energía, especialmente aquellas de la etapa posterior a los años 1980. Cuando las leyó, Zhang Li no paraba de pensar en cómo todas las autoras entendían la literatura femenina, y también en la conciencia femenina. «Sin duda, ellas ya son las nuevas escritoras. Estas obras reconocen con sutileza las relaciones de género en la vida cotidiana y sorprenden al lector con su entendimiento de estas relaciones.»

Este trabajo, en lo que respecta a las autoras, también supuso un momento para contemplar y descubrir su propia conciencia de género. Hubo un tiempo en el que a la joven escritora Wen Zhen no le gustaba mucho el hecho de que siempre se la pusiera en la lista de escritoras, «como si los escritores y las escritoras fuesen dos grupos dispares».

En los últimos años ha cambiado ligeramente de opinión. «Cómo te define el mundo, o si te ponen en la categoría de escritoras, es un asunto que concierne a otros. Además, el género en sí es un atributo biológico, y los atributos sociales y la asignación de roles sociales que lo acompañan hace ya mucho tiempo que los hemos interiorizado en nuestra manera de pensar, sentir y percibir el mundo. Al igual que una persona no puede desafiar la gravedad y volar, probablemente tampoco es posible escribir literatura totalmente provista de diferencias de género. Por eso, sólo hay que aceptar tu propio género con la misma serenidad con la que aceptas tu apariencia, personalidad y familia.  Y sobre estos fundamentos, pienso que también es bueno esforzarse por entender comunidades desconocidas, tratar de comunicarse con diferentes partes del mundo.» Las escritoras contemporáneas, como Wen Zhen, poseen naturalmente un punto clave para poder tender un puente hacia el otro lado.

La obra Ríos y montañas de Dan Bao trata la trayectoria a la madurez de familias monoparentales formadas por madre e hija. Para ella, la literatura ideal sería aquella que retratase la noción de la desigualdad de género de una manera más incisiva, que reflejase esta noción en los diálogos de la novela de manera adecuada, coexistiendo en el conflicto, en la discusión, en la mediación, y en el silencio.

A Dan Bao le gusta mucho el adjetivo anglosajón porous, que significa «poroso», porque es una palabra suave, y al leerla en voz alta, su pronunciación suena algo ambigua. «Sería bueno si las novelas pudiesen ser lo suficiente porosas, igual de absorbentes que una esponja, que goteasen como ellas, que les pudiera atravesar la luz del sol, y estuvieran formadas por un cuerpo lleno de fibras. De esta manera, las ideas podrían penetrar y dejarían diversas historias y personajes.»

«Ante esa multitud de ruido y voces, la situación actual de las mujeres parece un rompecabezas». Ji Yaya disfrutó la experiencia de leer todo lo que ha traído esta publicación: se puede ver bajo un mismo tema todo un mundo empírico que surge de las escritoras; se puede ver cada uno de los aspectos de la feminidad dentro de una perspectiva global, especialmente en temas como la clase social, la historia, la ciencia, la movilidad o la ciencia. Estos distintos puntos de vista otorgan nuevos elementos y nuevo potencial a la palabra «mujer» o «femenino».

En este volumen, la revista Shi Yue realizó una breve entrevista a las autoras invitadas, para compartir con los lectores temas como la literatura femenina. Además, lo interesante fueron las atrevidas respuestas que dieron las autoras ante la pregunta, «¿Cómo piensas que es la situación de la mujer hoy en día?».

«Es muy interesante, no puedo decirlo con pocas palabras»; «Lo cierto es que la situación ha empeorado, pero las mujeres también están más alerta y son más conscientes»; «La realidad de la situación de la mujer todavía es bastante vergonzosa»; «A veces me sorprende…»; «La situación actual de la mujer está polarizada»;  «Parece que ha mejorado en algunos aspectos, pero el esfuerzo y el costo también es alto»…

¿Cómo son las condiciones de vida de la mujer hoy en día? ¿Qué está cambiando en su naturaleza? ¿Cuáles son todos los problemas y dilemas a los que se enfrentan habitualmente? ¿Cómo se ven a sí mismas? Al leer las obras, Ji Yaya percibió que las voces de las mujeres del éxodo rural son relativamente débiles, y que con la separación de clases, la especialización laboral, la diversificación del sistema de valores, es cada vez más difícil generalizar sobre la mujer. Por este motivo, debatiendo la situación actual de las mujeres, ella sugirió que lo primero que habría que preguntar sería de qué mujeres se habla.

«La mayoría de nosotros empatizamos con el conjunto de las mujeres, pero en realidad el punto clave sigue estando relacionado con nuestra propia situación y lo que podemos ver desde nuestra perspectiva.»

En el grupo literario de Pi Cun [2], Ji Yaya una vez leyó un texto que narraba la experiencia de mujeres trabajadoras del éxodo rural. Su simple presentación de los cambios lineales de valores éticos de género en zonas rurales sobrepasaba con creces las declaraciones conceptualizadas y únicas de muchas obras literarias.

«Este grupo de mujeres rurales al que no se ha prestado atención, como resultado de más de 20 años de continua movilidad urbano-rural, ha salido caóticamente del sistema patriarcal. Comparado con antes de empezar a trabajar, cuando tienen un registro familiar establecido [3], su posición social completa, nivel de libertad económica y autonomía se vuelven muy diferentes al pasado. ¿Cómo sienten su propio género? ¿Cómo tratan y perciben sus taciturnos y silenciosos sentimientos?”

De hecho, de las entrevistas se desprende que la opinión y expresión de las escritoras sobre cuestiones relativas a la mujer presentan respuestas más ricas e inclusivas, e incluso más imaginativas y heterogéneas. En la actualidad, no son solo simples autoras, sino que rompen con las relaciones entre géneros puras e unilaterales, y contemplan a la mujer desde una dimensión que suma todas sus relaciones sociales para su observación y comprensión.

En la entrevista, Ye Mi mencionó las experiencias de las mujeres en el discurso de la época, Wen Zhen introdujo el tema de las mujeres comunes en el mercado de capitales, Jin Renshu compartió su perspectiva comparativa global, y Dai Weina habló sobre sus conocimientos político-teóricos, entre otros temas, y todas resultaron ser descripciones muy inspiradoras.

Como dijo Ji Yaya, los temas de la mujer han de ser discutidos durante un largo período de tiempo, en múltiples ocasiones, y al menos, desde un nivel perceptivo y expresivo. «Cada vez veo más diferencias y diversidad, el futuro es prometedor.»

Desde el lanzamiento en línea en marzo del volumen Nueva literatura femenina, se han publicado en la plataforma social Wechat de Shi Yue más de 30 artículos relacionados. Estos incluyen el perfil temporal y teórico de la publicación, entrevistas históricas, textos completos o extractos de las obras, reseñas, o incluso debates sobre las creaciones de las autoras.

Hace poco, unos estudiantes del Departamento de Literatura de la Universidad Normal de Pekín organizaron un debate en línea sobre esta edición, con la participación de Zhang Li como mentora. La mayoría de ellos eran jóvenes nacidos después del 2000, así que no estaban muy familiarizados con las escritoras. El objetivo era comentar las obras e intentar que aplicasen sus propias teorías literarias, lógica y experiencia vital para descifrar los textos de Nueva literatura femenina. Hubo una estudiante que hizo una presentación en Power Point con una lista de las diferencias y puntos en común de las obras, analizando meticulosamente cómo estas obras entienden la profundidad de las relaciones de género. Esta colisión intergeneracional resultó muy interesante para Zhang Li. «Está muy clara la diferencia de opiniones sobre nuestra edición entre las distintas generaciones. Las obras que nos gustan a nosotros y las que les gustan a ellos no son las mismas en absoluto, y esto me alegra mucho.»

La crisis latente de los conceptos de género en la cultura popular

En los últimos tiempos, la literatura ha adquirido un gran poder para concienciar sobre la desigualdad de género e impulsar el avance de la perspectiva social sobre el género.  En la Universidad Normal de Pekín, Zhang Li dio un curso sobre investigación literaria femenina en China, y con los jóvenes alumnos debatió obras como Bendición de Lu Xun, El diario de la señorita Sofía de Ding Ling, El candado de oro de Ailing Zhang, Historias del Río Hulan de Xiao Hong, los poemas de Shu Ting, Puerta de rosas de Tie Ning, Las historias de mi tío de Wang Anyi, Una guerra personal de Lin Bai, o Todas las noches del mundo de Chi Zijian. Estas obras literarias no sólo reflejan la situación de las mujeres de sus respectivas épocas, sino que invitan a la reflexión, la concienciación y a guiar el camino.

Cuando Zhang Li publicó en 2014 El espejo de mis hermanas: la cultura y literatura femenina del siglo XXI, se dio cuenta de que la literatura femenina en línea y la crítica realizada por mujeres estaban en auge. También se percató de que había una tendencia hacia temas sociales de género en la literatura femenina. Sin embargo, el desarrollo de la literatura femenina en los últimos años no ha sido lo que Zhang Li esperaba por aquel entonces. «Al principio pensé que en el futuro, los pinceles de las autoras se volverían más valientes y ágiles, pero en la actualidad es así.”

Las razones por las que no hay textos de mujeres que hayan recibido un amplio interés social son complejas.

«Pienso que tiene que ver con el hecho de que los escritores no quieren tratar la ‘dura realidad’ de las mujeres contemporáneas. O tal vez, los autores todavía no son conscientes de la existencia de esa ‘dura realidad’ y necesitan hacerle frente. Habrá gente que no la haya visto y otros que sí, por una serie de factores fuera de su control cuando se toma un desvío en el camino,» analizó Zhang Li.

Hoy en día hay cada vez más escritoras, pero la naturaleza pionera y profunda de la literatura femenina es relativamente débil.

Este año es el sexto año de Ji Yaya como editora en Shi Yue y en su recorrido personal como lectora, nunca se había encontrado con obras como Por las mujeresde Yan Zhen y Jihua de Jia Pingwa, que motivasen tanto el debate sobre la desigualdad de género. «La tendencia literaria actual es crear una fantasía de género enredada entre mujeres que se adhieren al sistema patriarcal y mujeres intelectuales independientes.»

De hecho, la cultura de masas ha cambiado mucho en los últimos años, como con los movimientos de Douban por el género y sus derechos, o las imágenes de mujeres trabajadoras en series de televisión como Fan Shengmei [4]; todo ello está relacionado con el acalorado debate sobre los derechos de la mujer en el campo. «Todo el mundo se ha vuelto más ‘correcto’ cuando se debaten problemas como el acoso sexual y la superioridad del hombre sobre la mujer, pero parece que ya no existe aquella fuerza emancipadora de la literatura femenina de los años 80. La búsqueda personal por los derechos de la mujer y la afirmación de los deseos de la mujer se ha convertido en una idea de la cultura popular, fusionada con el consumismo».

En marzo de 2019, la emisión de Todo está bien inició un extenso debate. Esta serie de televisión saca a la luz un tópico muy extendido sobre la mujer en el marco de la cultura de masas china del siglo XXI. Mediante la historia familiar de una mujer exitosa de clase media, la serie da a entender que la desigualdad de género, que parecía un problema del pasado, está lejos de haber terminado.

Los comentarios e hilos que se publicaron por internet tras la emisión de cada episodio despertaron el interés de He Guimei: lo llamativo no era la discriminación que sufría la protagonista Su Mingyu en su hogar, sino más bien por qué tanta gente empatizaba con su experiencia. «Todas son de clase media, mujeres con una buena educación. En los comentarios se puede ver su amargura y la gran empatía que sienten con Su Mingyu.»

A He Guimei también le llamó la atención la novelista y guionista de series Ah Nai, que ha escrito obras como Oda a la alegría o Río del tiempo. La escritora no es parte del mundo literario, «pero creo que ella muestra una postura consciente sobre el género y es capaz de romper con las limitaciones del género en la sociedad de masas.»

En el sistema de valores de la cultura popular actual, ¿es suficientemente igualitaria y sana la conciencia de género? La realidad es que no es así.

He Guimei ha impartido conferencias en colegios y universidades sobre “los puntos claves de la cultura de masas en el siglo XXI”, en los que se han debatido emisiones como Las emperatrices en el palacio o La historia del Palacio de Yanxi. Las estudiantes participaron en la discusión animadamente, en especial con La historia del Palacio de Yanxi,  y expresaron que este tipo de series les parecían muy adictivas y agradables. Pero al mismo tiempo, tenían la sensación de que aunque la protagonista de la serie es Wei Yingluo, y aunque otras mujeres establecen relaciones de amistad, forman alianzas, luchan con éxito, y finalmente obtienen lo que quieren, todavía parece que falta algo, como si no alcanzasen la conciencia femenina. 

Tal vez la clave yace en que el espacio de las mujeres está limitado desde el principio, como señala He Guimei con agudeza.  No importa lo buena que sea, al final termina haciendo de buena esposa en el harén imperial, de buena ayudante del emperador, y lo que en realidad no puede superar es la barrera del patriarcado.

Hay gente que analiza a La historia del Palacio de Yanxi como una serie de espíritu femenino. Pero, ¿qué clase de espíritu femenino es este?

Zhang Li se ha percatado de que para muchas personas, el espíritu femenino es sólo la obtención de poder, la persecución incesante de un objetivo y la constante victoria. «En muchas obras actuales todavía persiste este sistema de valores. Por ejemplo, como cuando ellas siempre obtienen este susodicho éxito a través de estrategias, las publicaciones periódicas carentes de sustancia narran con todo lujo de detalles y una parrafada elegante este tipo de historias. Es un fenómeno creativo».

Hasta día de hoy, muchas personas todavía sólo ven las creaciones de mujeres desde una perspectiva, piensan que las autoras solo escriben historias sobre las dificultades y el crecimiento de las mujeres.

«En un texto de mujeres reales, no es que las mujeres lo hagan todo. Escribir sin una comprensión profunda de la situación de la mujer y sin reflexionar sobre los problemas de la mujer no es una verdadera literatura femenina.» Zhang Li afirmó sin rodeos que la perspectiva sobre el género entre artistas y escritores actuales tiene que regenerarse.

En la actualidad, la generación de hijos únicos en China que creció a partir de la década de los 90, e incluso la del 2000, son los principales consumidores del mercado de la cultura de masas. Además, el sistema de valores en el que han crecido es más abierto y libre que en el pasado, y la colisión entre la compresión de la realidad y la búsqueda de una filosofía ofrece a estos jóvenes un nuevo y amplio espacio para pensar. «La cultura de masas es muy conservadora, y no es fácil que tengan una manera de pensar innovadora y vanguardista que les permita imaginar el mundo desde un punto reflexivo. La literatura debería haber asumido este rol y posición en un principio, pero nuestro poder literario aún no es suficiente,» dijo He Guimei.

Entender a las mujeres es, hasta cierto punto, entender también a los hombres

En cierto evento literario, un investigador antes de dar su discurso dijo, «No quisiera ser irrespetuoso con las mujeres, sólo quería retratar a un personaje del texto.»

Cuando hablamos sobre la conciencia de género, cuando hablamos sobre la literatura femenina, no solo hay que plantear la cuestión de cómo percibir a los hombres, sino también preguntar qué piensan los hombres sobre el rol de las mujeres. 

En su breve entrevista, Zhai Yongming lamentó que en China, e incluso en Asia, sólo con la mención de la conciencia femenina, los hombres se asustan y lo perciben como un punto de vista dicotómico que los pone en el punto de mira. La película coreana Kim Ji-young, Born 1982 obtuvo en una página web de Corea una puntuación de un 9.8 de las mujeres, y un 2.8 de los hombres. La película no tiene un personaje masculino que se opone a la protagonista para criticarla, sino justo al contrario, el hombre se preocupa por su esposa y tiene la imagen de un buen hombre diligente y responsable. Sin embargo, la película no sigue la idea popular de que si una se casa con un buen hombre, todo está bien. Las mujeres en el matrimonio todavía necesitan buscar el significado de su existencia personal. «Lo que representa esta película posiblemente refleja la realidad de género,» escribió Zhai Yongming.

La historia de la literatura está repleta de imágenes clásicas de la mujer escritas por hombres. De hecho, en la historia de la creación literaria, hay muchos autores masculinos que tienen su propia interpretación del feminismo y la literatura femenina.

El año pasado, Zhang Li realizó una encuesta a 127 autores sobre su opinión del género. Alguien expresó que las respuestas ante las cuestiones clave posiblemente eran educadas, cultas, y no lo suficientemente sinceras, en especial las de los hombres. Ante esto, Zhang Li comprendió que los autores masculinos sentían cierta aprensión y restringían su pensamiento. «Sin embargo, este estudio no solo trataba de su opinión, sino también sobre su explicación. ¿Por qué los autores explican esto así? ¿Cuál es la motivación que los llevó a pensar así? Tal vez esto es lo que finalmente revele su verdadera opinión sobre la desigualdad de género.»

Desde que Zhang Li empezó a realizar estudios sobre temas como la opinión de género o la literatura femenina, ha recibido mucho apoyo de sus compañeros y amigos, tanto mujeres como hombres. Todo el mundo participó con sinceridad, le dieron su opinión, e incluso la ayudaron a promoverlo. Zhang Li se sintió muy agradecida y conmovida. «En un océano de gente, pienso que la razón por la que unas personas y otras se encuentran, desarrollan una conexión, se convierten en amigos, y pueden pasar muchos años juntos en última instancia es porque hay un entendimiento común, hay mucho que no necesita ser dicho al relacionarse.”

Tras el volumen de Nueva literatura femenina, Ji Yaya editó una obra del joven autor Shi Yifen, Rosas floreciendo en la tienda de trigo. Ji Yaya descubrió que la mujer de la historia, Wang Yali, podría constituir una pareja de lectura con Lin Ya, de la obra Cangrejo ermitaño de Wen Zhen, que figura en la compilación. Incluso el final de las obras, con una especie «homicidio al marido», se asemeja. «Es muy interesante ver dos escritores de distinto género compartiendo en cierto modo el mismo fondo intelectual, ver cómo han descrito el mismo tipo de mujer, comparando sus puntos en común y diferencias.»

Ella piensa que preguntar cómo entendemos a las mujeres y la literatura de mujeres de esta era es lo mismo que preguntar cómo entendemos a los hombres de esta era. Cuando añades otros elementos a la palabra «mujer», como ubicación, éxodo rural, clase social, o desarrollo, los problemas se vuelven variados y específicos, de la misma manera que hay que desmantelar la «comunidad masculina» imaginaria a través de diversos factores y perspectivas.  Hay que volver a situaciones y casos concretos para buscar la compresión entre géneros, los puntos en común y el respeto ante discrepancias.

Como hombre, el editor jefe de Shi Yue, Chen Dongjie, dio todo su apoyo a la publicación en términos de diseño, contenido, libertad, y distribución, proporcionando las condiciones ideales para debatir el problema de la desigualdad de género: apertura e igualdad. La cuarta pregunta en la entrevista fue: «Si la obra tratase la imagen del sexo opuesto desde la perspectiva de un personaje específico, ¿cuál sería su método de estudio y narración?» Fueron precisamente los hombres en el equipo editorial los que sacaron este tema, y se mostraron igualmente preocupados e interesados por cómo las autoras perciben al sexo masculino.

En este número, las breves entrevistas están tituladas como «Literatura femenina: ellas hablan». Por ello, Shi Yue planea más adelante hacer un proyecto con «ellos hablan», para escuchar lo que los hombres piensan sobre la literatura femenina.

Ji Yaya reveló que un amigo suyo le había dicho una vez que siempre escuchaba la frase «yo no soy feminista» y no conseguía entender por qué se había convertido en tabú que las mujeres expresasen su postura sobre la desigualdad de género.

Fuente: Chinawriter.com.cn

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NOTAS DE LA TRADUCTORA

[1] El Cuatro de Mayo corresponde con el movimiento de protesta que tuvo origen en Pekín en el año 1919 contra las condiciones del Tratado de Versalles que, en detrimento de China, cedía territorio a la potencia perdedora Japón.

[2] Se trata de una asociación en Pekín que promueve la escritura entre trabajadores migrantes para que narren sus experiencias.

[3] En China existe un sistema de registro familiar de residencia llamado hukou que está asociado con el lugar de origen y garantiza una serie de beneficios sociales. Los trabajadores migrantes con frecuencia no tienen dicho hukou en el lugar donde trabajan, por lo que se ven desprovistos de cualquier beneficio social.

[4] Una de las protagonistas de la serie Oda a la alegría.