Una nueva universalidad*

por Wang Hui

Las estructuras de la sociedad actual están experimentando una gran transformación. La dirección que tomarán en su desarrollo y su reconfiguración concierne a los intereses de todos. Es necesario construir una nueva iniciativa política sobre los intereses de la gran mayoría. En el pasado, las implicaciones políticas y la significación social de dichos intereses se expresaron mediante la categoría de «pueblo». Pero el concepto de «pueblo» ha ido degenerando hacia el concepto de «población» [en sentido demográfico], razón por la cual ha ido vaciándose de su carácter político, de manera que no se halla ninguna expresión política para los intereses universales, aparte del concepto de «ciudadanía». El proceso de fragmentación social se expresa ideológicamente en el rechazo al concepto de «pueblo». En la historia moderna el Pueblo ha sido un concepto permanentemente acaparado por distintas tendencias políticas, un concepto en disputa. Con todo, no siempre ha sido un concepto vacío. En las épocas de más vigor en la política y la línea de masas, el Pueblo era una categoría política llena de vitalidad. Su vaciado se debe a que la política y la línea de masas han sido sustituidas por la política burocrática estatal, de ahí la despolitización.

Al recuperar aquí el concepto de «pueblo», no pretendo contraponerlo al concepto de «ciudadanía» (actualmente más en boga), sino todo lo contrario: lo que necesitamos es reconstruir el vínculo político entre dichas categorías de Pueblo y ciudadanía. Una política de la ciudadanía no equivale, ni mucho menos, a una política basada en el individuo. Debe ser, al mismo tiempo, una política de las masas y social, y así, por lo tanto, una política del Pueblo. En las regiones con una identidad nacional distinta, dicha política también debe incluir la igualdad entre nacionalidades. En el siglo XX, los partidos progresistas que propugnaban el papel político del proletariado no se basaban únicamente en los intereses de la clase obrera o de los trabajadores propiamente dichos. Para ellos, el destino de esa clase revestía un significado universal que sobrepasaba sus propios intereses, constituyendo así una política del Pueblo y de toda la ciudadanía. En el sistema del poder estatal, la política del Pueblo se expresa mediante una verdadera política de la igualdad. Esta política de la igualdad no consiste en una política de asistencia a los desfavorecidos ni en objetivos nacionales de reducción de la pobreza, sino en una reflexión sobre las premisas y las motivaciones de la política. [1]

Los estudios actuales sobre estratificación social permiten identificar con claridad la existencia de ciertos intereses de clase, pero no identifican dónde quedan los intereses universales. Los métodos positivistas no son capaces de resolver esta cuestión. ¿Se desarrollará la política del futuro en una dirección positiva? La clave reside en si seremos capaces de encontrar en medio de los cambios sociales el potencial que representa el futuro. Dicho potencial es universal. El potencial es la forma actual del futuro. Cuando debatimos sobre «reconstruir la representatividad», nos referimos a excavar esa universalidad en potencia que se mantiene reprimida. Este debate constituye, ya de por sí, una lucha por el futuro. Todo sistema político, cualquiera que sea, posee representatividad sólo en la medida en que es capaz de generar universalidad, es decir, cuando puede representar intereses universales. Por esta razón, reconstruir la representatividad es también reconstruir la universalidad. No me interesa el tan cacareado «gran desarrollo y esplendor de la cultura»; me interesa mucho más la cuestión de la relación entre cultura y política. Como en el siglo XX, ¿podemos recurrir aún a las categorías de la cultura para estudiar los cambios que atraviesa actualmente la estructura social? ¿Y para analizar la posible dirección de su desarrollo? ¿Podemos usarlas para redefinir las categorías de la política y extraer, a partir de la situación del desarrollo contemporáneo, una universalidad que pueda representar el futuro? He aquí una pregunta que debemos plantear y un reto que no podemos eludir.

El siglo XX ha sido una profecía, pero esa profecía cayó pronto en crisis. Y aun así, puede que esa profecía sea una posibilidad reprimida. Al volver a poner sobre la mesa el legado cultural y político del siglo XX, no se trata simplemente de regresar a ciertas prácticas que hoy resultan ya caducas, sino de extraer la universalidad o el potencial de futuro que contienen. Este potencial reprimido nos advierte, en forma de cierto futuro, de que retrotraernos a la vieja política del siglo XIX no es, en absoluto, la salida.

*Extracto de “Quanqiu zhengzhi de ‘daibiaoxing’ weiji yu ‘houzhengdang de zhengzhi’” [全球政治的”代表性”危机与”后政党的政治”] (La crisis de representatividad en la política global, y la política postpartidista), publicado en Wenhua Zongheng, 2013/1.

Edición y traducción de Manuel Pavón-Belizón.

NOTAS

[1] Los múltiples sentidos de la política de la igualdad los he analizado en mi artículo «La quiebra de la representatividad: Replanteando la igualdad», publicado en Wenhua Zongheng, 2011/5-6.


 

要创造的是新的普遍性(*)

汪晖(著)

今天的社会构造正在发生大的变迁,其展开、重组的方向应关乎所有人的利益。新的政治能动性必须建立在中国绝大多数人的利益的基础上,这个利益过去是由»人民»这一范畴体现其政治内含和社会意义的。伴随»人民»概念向人口概念逐渐蜕变,其政治性也随之空洞化,以致人们在»公民»概念之外,找不到普遍利益的政治表达。社会的碎片化过程在意识形态上的表达反而是对作为»人民»概念的唾弃。在现代历史中,人民是一个不断被不同政治势力挪用的、充满了争议的概念。但并不是在所有时刻,人民概念都是空洞的。在活跃着大众政治和群众路线的时代,人民是一个具有丰富活力的政治范畴,它的空洞化是大众政治和群众路线被国家官僚政治取代的结果,亦即去政治化的结果。我在这里重提人民概念并不是要将人民概念与更为流行的公民概念对立起来,恰恰相反,需要的是重新建立人民与公民这两个范畴之间的政治联系。公民的政治并不等同于以个人为主体的政治,它应该同时也是大众的和社会的政治,从而也是人民的政治。在民族区域,它还应该包含民族平等的政治的内含。在20世纪,进步政党提出无产阶级的政治角色,并不只是基于工人阶级或工人群体的自身利益,而是认为这一阶级的使命具有超越自身利益的普遍意义,它必然也是人民的政治,亦即每一个公民的政治。人民的政治在国家权利体系中的表达是真正的平等政治。平等的政治不同于扶贫的政治,不同于减少贫穷的国家目标,它包含了关于政治的前提和动力的思考。关于平等的政治的多方面内涵,我在《代表性断裂:再问什么的平等》中曾做了分析,这里就不赘述了。

我们今天的社会分层研究可以很快分析出某些阶层的利益所在,却分析不出普遍利益何在。这是实证主义的方法无法解决的问题。我们未来的政治是否会向积极方向发展,关键在于能否从社会变化内部找到那些代表未来的潜在力量。这个潜在的力量是普遍的。潜在是未来的当下形式。讨论»重建代表性»也就是挖掘这个被压抑的潜在的普遍性,这一讨论本身也是为了未来的斗争。任何一种政治体制只有在它能够创造出普遍性时,即它可以代表普遍利益的时候,才具有代表性。因此,重建代表性的过程也是创造普遍性的过程。我对现在高谈的»文化大发展大繁荣»不感兴趣,而对文化与政治的关系问题更感兴趣。我们还能否像二十世纪那样,通过文化的范畴,研究今天社会构造正在发生的变迁,分析其可能展开的方向,重新界定政治范畴,并从当代中国与世界的发展态势内部发掘出可以代表未来的普遍性呢?这是一个必须提出的问题,也是一个无法逃避的挑战。

二十世纪是一个预言,一个旋即陷入危机的预言。但是,这个预言很可能也是一种被压抑的可能性。重提二十世纪的文化与政治遗产,不是简单地回到那些如今已经过时的实践,而是发掘其蕴含着普遍性或未来的潜力。这种被压抑的潜力以一种未来的形式提示我们,回到十九世纪的旧政治并不是我们的出路。

 

(*) 本文原全文题为《全球政治的»代表性»危机与»后政党的政治»》,系汪晖先生根据2012年7月10日本刊编辑的访谈整理而成。原文发表于《文化纵横》2013年第1期,此版本有修改。阅读原文